Artículo de opinión de José Naranjo, Coordinador de Ciudadanos en Carmona.
Últimamente asisto perplejo al
desarrollo diario en nuestra ciudad de como se está abordando este estado de
alarma, teniendo la sensación de que “todo vale” ante la situación que pueden
estar viviendo algunos de nuestros vecinos, bien por no haber cobrado nada de
los ERTE, porque se han quedado sin trabajo, o porque tienen que reabrir sus
negocios en medio de tanta incertidumbre.
Antes de seguir adelante con lo
que me inquieta, quiero explicar cómo dos experimentos sociales me han llevado
a darle forma a esto que quiero poner de manifiesto. Serían los de Stanley
Milgram y Salomón Asch, ambos pueden visualizarse por YouTube. El de Salomón
Asch consiste en hacer ver como el comportamiento de las personas al emitir un
juicio puede variar por la presión social a la que se encuentra sometido. El de
Milgram tiene como finalidad medir la disposición del participante para
obedecer las órdenes de una autoridad, incluso cuando estas pudieran ocasionar
un conflicto de valores y de su conciencia.
Podemos trasladar estos
experimentos a la política local carmonense y me puedo explicar las distintas
reacciones que se están provocando.
Observo con perplejidad en esta situación
en la que nos hemos visto inmersos, como con medidas tan simples como las que
voy a tratar, porque hay muchas más y me extendería demasiado, nos intentan
seducir.
En un paquete de 50 medidas, en
la tercera nos hablan de un aplazamiento de recibos de IBI y del impuesto de
vehículos, pero cuál es la sorpresa, que los recibos llegan a nuestros
domicilios como cada año.
También veo con asombro y
tristeza, como poblaciones cercanas a la
nuestra han puesto cantidades en miles de euros “encima de la mesa” para ayudas
directas a Pymes y autónomos. En Alcalá
de Guadaira 525 000€ y Bormujos cerca de los 400 000€. Quiero pararme a pensar
en un sector que tengo especial cariño porque he dedicado parte de mi vida
laboral a él y donde tengo muy buenos amigos, la hostelería. Sector muy importante
para la economía de Carmona. A estos, hasta ahora, se le ha ofrecido una serie
de plataformas digitales, que tienen sus beneficios, pero que todos sabemos que
una buena página bien gestionada en Facebook o Instagram puede dar muy buen
rendimiento publicitariamente hablando. También, y no por eso menos importante,
lanzar sus cartas con códigos QR donde los clientes pueden visualizarlas en sus
dispositivos móviles. A mí especialmente, me gusta mucho como Miguel, el del bar
La Estrella va de mesa en mesa, con su simpatía y su pizarra. O la que tenía Antonio
en Mingalario, o Manolito ofreciéndote las sugerencias en la Cervecería San
Fernando, o como no, la de Casa Miro donde diariamente escribe sus menús y
oferta todos los vinos de la carta. Más
que plataformas digitales y lo que he comentado a modo de anécdota, a estos
negocios y a todos los comercios de los distintos sectores que existen en
Carmona, lo que les hace falta es que les llegue dinero a sus cajas, bien
mediante ayudas directas o con algún tipo de campañas de las que se han
propuesto, por ejemplo desde Cs (Campaña BAEL).
¿Dónde están estas ayudas en
Carmona? ¿Dónde están las partidas presupuestarias consignadas que no se han
podido llevar a cabo por el estado de alarma? ¿Por qué en Alcalá de Guadaira y
Bormujos y en Carmona no?
Otra de las iniciativas que me sorprendió
y que pienso que es una “tomadura del poco pelo que tengo” es que se oferten
unos cursos como medida para paliar esta crisis, y el 50% de ellos no sirvan ni
para las bolsas de empleo por ser menor a 30 horas por curso.
Otra que me dejó perplejo es donde
decía que se iban a reforzar las medidas contra la violencia de género. Para mi
es un tema tan importante que no se puede escatimar gastos en esto nunca. Hay
que estar siempre al 120% debido a que esta lacra nos acompaña diariamente,
incluso más allá de este tiempo de confinamiento o estado de alarma. Por eso no
entiendo reforzar algo que tiene que estar siempre al máximo de las
posibilidades.
No sé si basándome en los
experimentos que comentaba al principio, los ciudadanos podemos seguir
aplaudiendo las pseudoverdades o habrá muchos que empiecen a analizar lo que está
pasando en mi querida Carmona, que a golpe de Facebook cae en aquello de pan y
circo como bien estamos viendo en estos días. Mientras, seguimos echando la
culpa al gobierno central, seguimos aplaudiendo, todo nos parece lo mejor, la crítica
siempre es enemiga… sí, mientras todo
esto pasa, muchos de nuestros vecinos seguirán pasándolo mal, veremos como aumenta la cola de Cáritas… pero siempre nos
quedará aquello de que los que nos precedieron lo hicieron peor, argumento de
sobra conocido cuando ya no te quedan opciones para seguir convenciendo. Seguir
aplaudiendo siempre será más fácil que
aguantar la presión social por decir o pensar diferente de los que creen tener
la autoridad moral para decidir quién son los buenos y los malos carmonenses, más
allá de tener valores y conciencia. A estos, decirles por mi experiencia, que más
allá de donde nos alcanza la vista hay vida y lo que es más importante aún,
muchas formas de ganársela.
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