¡Ay, la Política! Lo que le gusta a algunos meterse en charcos que no le corresponden y para los que no están preparados... y lo que les cuesta a otros abandonar la poltrona aunque sea en la oposición y dejar de sentirse importante en su puesto de concejal, aunque solo sirva para alimentar su propio ego.
Hago esta reflexión en voz alta, tras el súbito -que no inesperado-, abandono de ALFONSO GARCIA, de las responsabilidades a las que se había presentado en las anteriores elecciones municipales. Hace bien D. Alfonso. Cuando a uno le embarcan y le nombran capitán de una nave, lo menos que puede tener es el control del timón, ya que la responsabilidad siempre será del capitán. El problema viene cuando ni tú quieres ir de viaje, ni has sido nunca capitán y encima te mareas nada más salir del puerto. Entonces, es que no sirves, ni para capitán, ni para marinero. Y lo mejor es abandonar inmediatamente el barco.
Y las cosas como son, es digno de encomio reconocer que al que en su día se situó como Capitán de las Tropas Socialistas para tomar por las urnas la Casa Consistorial, al ver su fracaso estrepitoso, al decidir abandonar la nave para dejar al eterno grumete, -bueno, mejor digamos 'ayudante de Capitán', para no herir susceptibilidades-, que quede de nuevo al mando de la maltrecha nave, ha actuado con responsabilidad y buen tino.
Cuando el fracaso en política llega a tu puerta, aporreándola, ha de abrirse la misma de par en par y aceptar aquello de “son muchos los llamados, pero pocos los elegidos”, entregándole al fracaso, antes de irse, las credenciales propias y ofreciendo la cabeza de otro para el próximo sacrificio.
Dicho lo cual, nobleza obliga, es duro reconocer que se ha fracasado y ha de tenerse en buena estima quien lo hace en buena ley, sin trampas, ni subterfugios. Con la cara alta y las manos limpias, y eso hay que reconocérselo sin ningún género de dudas a ALFONSO GARCIA.
Y permítanme ahora que tire de refranero, sabio y popular, como de él se predica y como diría el lugareño: “Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”… Y si a buen entendedor pocas palabras NO bastan, añadiré “que si por ser mujer no tenéis barba…' aplicaros el ejemplo que os muestra la bancada que bajo vosotros se sitúa y entender que en política perder es fracasar y creerse imprescindible es el primer paso para estar de más.
Bien harían otros políticos locales en aplicarse el ejemplo de ALFONSO y asumir que en política, como dijo quien ahora está muy de moda, fracasar se conjuga con el verbo DIMITIR. Y permanecer encerrada en el Castillo, rodeada de los fieles que siempre te dirán que eres el más listo, el más guapo o la más alta, solo te llevara a acabar de hundir el proyecto que mucha gente, salvo que lo que anden buscando sea otro barco al que apuntarse. Lo que sí parece claro es que con el nuevo barco el hundimiento está asegurado